Soldado y su bicicleta.Reims 1917- Ph Paul Castelnau |
"Contratapa", columna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 10 de Noviembre de 2018.
Hoy salgo enlatada en esta previa del centenario de la finalización de la primera guerra mundial, la gran guerra que duró 4 años y que como toda guerra que se precie de tal, mató a millones a su paso...
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Desde hoy 10 de noviembre, el presidente francés
Emmanuel Macron y el gobierno del primer ministro, Edouard Philippe, reciben
con enorme algarabía, la visita de decenas de mandatarios que celebran en el
país galo la finalización de esta carnicería humana, como toda guerra que se
precie de tal.
Tal lo expresa la historiadora Françoise Dielhman, “lo
que hay que celebrar es a los Peludos (les Poilus, sobrenombre utilizado
únicamente hablando de los soldados de gran coraje en las trincheras de la
primera guerra, el último, Lazare Ponticelli, italiano que combatió bajo
bandera francesa, murió en 2008 a los 110 años), celebrar a los fusileros, a
los amotinados, el fin de la hecatombe y no la victoria”
Ya hablamos en una contra anterior sobre lo que se
preparaba en paralelo para “recibir” al presidente del imperio, Donald Trump,
el irascible, como se merece. Que llegó anoche al país y antes de poner un
piecito en territorio francés ya estaba puteando contra su anfitrión, Macron,
porque el mandatario galo propuso en alguna de sus alocuciones, crear un “verdadero”
ejército europeo para defenderse, textual, “de la China, de Rusia y hasta de
los Estados Unidos”
Bue, no pasó a mayores, porque Trump fue recibido esta
mañana por su par Emmanuel Macron, comieron juntos, hablaron juntos delante de
las cámaras y juntos se preparan para la comida que compartirán esta noche con sus
pares en el maravilloso Museo de Orsay, museo que ocupa el sitio de la vieja
estación de Orsay, edificio construido por el arquitecto Víctor Laloux, para la
exposición universal de 1900. Si hasta tendrán la suerte de visitar la
exposición “Picasso azul y rosa” sin pagar los 12€40 de la entrada.
Sin embargo Trump apenas compartirá una horita con el
presidente ruso Vladimir Putin mañana cuando la conmemoración reúna a los 85
jefes de estado invitados para la ocasión. Será por la mañana en el Arco del
Triunfo donde Macron pronunciará su discurso. Es importante señalar que Donald Trump,
el irascible, no formará parte del Foro por la Paz, que tendrá lugar mañana a
la tarde. Dicen que dijo que un foro por la paz es mucho para él… no, es una
fake news que acabo de inventar…
Volvamos a lo serio. En realidad esta contra de hoy
quería tocar un temita que ocurrió el miércoles, siempre a propósito de los 100
años del armisticio. Episodio que probablemente no haya traspasado demasiado
las fronteras informativas europeas. Ocurrió durante el periplo que se denominó
‘Recorrido por la Memoria” que durante 5 días llevó al presidente Emanuel
Macron a transitar once departamentos de Francia, para visitar los lugares
emblemáticos de la primera guerra mundial.
Bien, el miércoles, como decíamos, durante su
recorrido, el presidente Emmanuel Macron, en la ciudad de Charleville-Mezieres,
elogió el valor del soldado Philippe Pétain durante la primera guerra mundial.
Y lo hizo con estas palabras: “aunque el líder del régimen de Vichy hizo cosas
funestas en la Segunda Guerra, Pétain fue un gran soldado"(…) "No
oculto ninguna página de la historia. La vida política y la naturaleza humana
son a veces más complejas de lo que uno pueda imaginar". Y la remató con
esta bonita frase de su autoría: "Se puede haber sido un buen soldado en
la Primera Guerra Mundial y haber hecho cosas funestas en la Segunda”(…) “Mi
rol no es comprender lo que es chocante o comentar sobre las personas. Mi papel
es tratar de explicar, ser firme en mis convicciones, enfrentar nuestra historia”
No aclare que oscurece, presidente.
Hablemos del mariscal Philippe Pétain, “el gran
soldado”. Primero mencionemos su actuación en la segunda guerra mundial, cuando
comandó los destinos de Francia durante el nazifascismo en lo que se llamó el régimen
de Vichy. Colaboracionista, verdugo, ejecutor del exterminio, persiguió a
judíos, masones, exiliados españoles del régimen franquista, homosexuales,
pobres y opositores. Fue quien ordenó uno de los más trágicos episodios de la
segunda guerra en Francia, la Redada del Velódromo de Invierno, un arresto
masivo de judíos ocurrida entre el 16 y el 17 de julio de 1942, donde más de
13.000 personas, de las cuales un tercio eran niños, fueron deportados. Fue la Operación
Aires Primaverales. Menos de 100 personas sobrevivieron.
Sin embargo el elogiado por el primer mandatario
francés, el heroico soldado Pétain, también tuvo lo suyo en la primera guerra,
en esta de la que se celebran los 100 años de su finalización.
En abril de 1917, en plena primera guerra ya son más
de 200 mil soldados franceses muertos. En las trincheras comienza la
desesperación, la rabia y los amotinamientos. Según el historiador André Loez,
“los soldados rechazan masivamente la guerra”. El mariscal Pétain, tiene como
misión, poner fin a estos movimientos de oposición a la guerra y de fraternidad
con el enemigo. El “glorioso soldado” va a reprimir los motines de manera
sangrienta. Los amotinados serán fusilados sin proceso previo, otros serán
condenados a muerte en seudos consejos de guerra, notoriamente expeditivos.
Y si bien Emmanuel Macron se desdijo de sus dichos, su
vocero, manifestó errores de comprensión, etc. etc. etc., lo dicho, dicho está,
las palabras de Macron son un profundo error político. Pétain ya fue degradado
por indignidad nacional, aunque la jerarquía militar francesa (como la mayoría
de las jerarquías militares), siga reivindicándolo. Fue condenado a muerte por
traición a la patria y “salvado” por De Gaulle. Pétain no fue una cosa en la
primera guerra y otra en la segunda, es la naturaleza del alacrán.
Esta contra termina con una joyita musical. Se trata
de la “Chanson de Craonne”, la Canción de Craonne. Una canción contestataria y
de revuelta, aprendida de memoria y difundida oral y clandestinamente por los soldados franceses durante la primera
guerra mundial. Craonne es el nombre de la ciudad en el norte de Francia
(completamente destruida durante la primera guerra), la canción fue compuesta
por un soldado (o varios) del que no se conoce su nombre, con la música del
tema “Bonsoir m’amour” de Jean Sablon.