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Acaba de celebrarse una
reunión en Ginebra, Suiza, con la participación de los Estados Unidos, la Unión Europea , Rusia y las
actuales autoridades ucranianas surgidas del golpe de Estado.
Se arribó a varios acuerdos,
entre ellos el compromiso del gobierno de Kiev de respetar la lengua rusa
—hablada por una muy importante porción de la población ucraniana—, dar pasos
para la institucionalización de un régimen federal que contemple las
diversidades regionales —étnicas, ligüísticas, políticas, económicas— y la
amnistía para todas las milicias que depongan sus armas.
"Con los Ojos del Sur", columna de opinión emitida en "Hipótesis Edición Nacional", el domingo 20 de abril de 2014.
Pero la mayoría de los
ciudadanos ucranianos de origen ruso, radicados en el centro y sur del país,
desconocieron tales acuerdos y se plantean continuar su lucha contra el
gobierno de facto de Kiev, integrado por neoliberales proeuropeos y un
importante sector neofascista, heredero de los colaboracionistas del nazismo
durante la Segunda Guerra
Mundial.
Buceando en la abrumadora información
sobre este conflicto —que pareciera retrotraernos a la llamada Guerra Fría—,
este periodista se encontró con un trabajo del intelectual francés Thierry
Meyssan, publicado en la Red Voltaire ,
el pasado viernes, con el título “Ucrania: Polonia entrenó a los golpistas
2 meses antes de Maidan”.
Por lo revelador de este
informe, creímos conveniente ponerlo a consideración de nuestra audiencia
inspirados en nuestra filosofía sobre la necesidad —no solo— de decir la
verdad, sino de contar con la información para un adecuado análisis de la
realidad.
Este es el texto escrito por
el intelectual francés:
“Dicen que la mentira tiene
las piernas cortas. Sólo dos meses después del cambio de régimen en Kiev,
la prensa polaca publica revelaciones sobre la implicación del gobierno de
Donald Tusk en la preparación del golpe de Estado. Esta nueva información
contradice todo el discurso occidental y demuestra que el actual gobierno provisional
de Alexander Turchinov fue impuesto por la OTAN en violación del derecho internacional.
“El semanario
polaco de izquierda Nie [en español «No»] acaba de publicar un
testimonio impactante sobre el entrenamiento de los elementos más violentos del
EuroMaidan (el epicentro de las protestas contra el gobierno del
presidente ucraniano Víctor Yanukovich).
“Según esa publicación, en
setiembre de 2013 el ministro polaco de Relaciones Exteriores, Radoslaw
Sikorski, invitó 86 miembros del Pravy Sector (Sector de
Derecha —ucraniano—) a viajar a Polonia en el marco de un programa de
cooperación interuniversitaria. Pero
los invitados no eran estudiantes y muchos tenían más de 40 años.
“No fueron a la
universidad técnica de Praga, como decía en el programa oficial,
sino al centro de entrenamiento de la policía de Legionowo,
a una hora de carretera de la capital polaca. Allí pasaron cuatro semanas
de entrenamiento intensivo en manejo de multitudes, reconocimiento de personas,
tácticas de combate, técnicas de mando, comportamiento en situaciones de
crisis, protección contra gases utilizados por las fuerzas del orden y,
fundamentalmente, clases de tiro que incluyeron el uso de fusiles de
francotirador.
“Este entrenamiento se realizó
en setiembre de 2013. Recordemos que las protestas de la plaza Maidan
supuestamente comenzaron como reacción a un decreto que suspendía las
negociaciones sobre la firma del acuerdo de asociación de Ucrania con la Unión Europea ,
decreto firmado por el primer ministro ucraniano Mykola Azarov el 21 de
noviembre.
“El semanario subraya la
existencia de fotos que demuestran la realización de este entrenamiento. En
ellas puede verse a los ucranianos con uniformes nazis junto a sus instructores
polacos vestidos de paisano.
“Estas revelaciones justifican
una nueva lectura de la resolución, adoptada por la Dieta polaca a principios de
diciembre de 2013, en cuyo texto el parlamento expresaba su «total
solidaridad con los ciudadanos ucranianos, quienes con gran decisión están
mostrando al mundo su voluntad de garantizar la plena pertenencia de su país a la Unión Europea ».
Por supuesto, los parlamentarios polacos ignoraban entonces que su país
había entrenado a los individuos que estaban tratando de tomar el poder
en Ucrania, cosa que finalmente lograron.
“Este escándalo es ilustrativo
del papel que la OTAN
ha asignado a Polonia en Ucrania, que bien puede compararse con el papel
de Turquía en Siria. El gobierno del liberal pro-europeo Donald Tusk ha
desempeñado a fondo ese papel. El actual ministro polaco de Relaciones
Exteriores, el periodista Radoslaw Sikorski, quien fue refugiado político en el
Reino Unido, fue el artífice de la integración de Polonia a la OTAN.
Como miembro del «Triángulo de Weimar», Sikorski fue uno de los
3 representantes de la Unión Europea
que negociaron el acuerdo del 21 de febrero de 2014 entre el presidente
Viktor Yanukovich y los tres principales líderes de EuroMaidan. Por supuesto,
el presidente ucraniano no sabía que Sikorski había entrenado a los
cabecillas de la revuelta.
“Por su parte, el ministro del
Interior de Polonia y coordinador de los servicios de inteligencia, Bartlomiej
Sienkiewicz (tátara nieto del autor de Quo Vadis? Henryk Sienkiewicz,),
fue uno de los fundadores del actual servicio secreto polaco, conocido como
Buró de Protección del Estado. Este personaje fue durante mucho tiempo el
director adjunto del Centro de Estudios Orientales, un centro nacional de
investigaciones sobre el este de Europa y los Balcanes que se dedica
particularmente al estudio de Ucrania y Turquía. A través de sus acuerdos
con la —estadounidense— Fundación Carnegie, este instituto polaco ejerce gran
influencia sobre la percepción que se tiene en Occidente sobre los
acontecimientos actuales.
“Bajo el gobierno de Yulia
Timochenko (de 2007 a
2010), el actual presidente provisional ucraniano, Alexander Turchinov,
fue jefe de los servicios secretos y posteriormente vice primer ministro.
Turchinov trabajaba en aquel entonces con los polacos Donald Tusk —quien
ya era primer ministro—, Radoslaw Sikorski —por entonces
ministro de Defensa— y Bartlomiej Sienkiewicz, quien era director de la firma
privada de inteligencia ASBS OTHAGO.
“Para derrocar el gobierno de
Ucrania, Polonia se apoyó en militantes nazis, de la misma manera como
Turquía se apoya en al-Qaeda en sus intentos por derrocar el gobierno
sirio.
“Nada tiene de
sorprendente ver que las actuales autoridades recurren a los nietos de los
nazis que la CIA
integró a la red Gladio de la
OTAN para luchar contra la Unión Soviética ,
en tiempos de la guerra fría, cuando recordamos la polémica que estalló
durante la elección presidencial polaca de 2005: el periodista y diputado
Jacek Kurski reveló entonces que Jozef Tusk, el abuelo de
Donald Tusk, se había enrolado en la Wermacht como voluntario.
Después de negar vehemente los hechos, el entonces primer ministro acabó
admitiendo que su abuelo efectivamente había servido en el ejército nazi,
aunque afirmó que lo habían enrolado a la fuerza después de la anexión de
Dantzig. Este incidente que dice mucho sobre las preferencias de
Washington a la hora de seleccionar a sus agentes en el este de Europa.
“Resumiendo, Polonia entrenó a
los cabecillas de los desórdenes que condujeron al derrocamiento del presidente
democráticamente electo de Ucrania y luego fingió negociar una salida a la
crisis, el 21 de febrero de 2014, mientras que los cabecillas que había
entrenado estaban tomando el poder.
“Por otro lado, no cabe duda
de que el promotor del golpe de Estado fue Estados Unidos, como queda
demostrado en la conversación telefónica entre la secretaria de Estado adjunta
Victoria Nuland y el embajador de Estados Unidos en Ucrania Geoffrey
Pyatt. También queda claro que otros miembros de la OTAN , como Lituania (Ucrania
estuvo en otros tiempos bajo el dominio del imperio lituano-polaco), e Israel
en su calidad de miembro de facto del estado mayor de la
alianza atlántica, también participaron en el golpe de Estado de Kiev. Todo ese
dispositivo hace pensar que la
OTAN dispone actualmente de una nueva red Gladio en Europa
oriental. Además, después del golpe de Estado, mercenarios estadounidenses
empleados por una filial de la firma Academi (Greystone Ltd) fueron desplegados
en Ucrania en coordinación con la CIA.
“Todos esos hechos modifican
profundamente la percepción que se podía tener del golpe de Estado que se
produjo en Kiev el 22 de febrero de 2014. Contradicen toda la
argumentación que el Departamento de Estado de los Estados Unidos
se ha tomado el trabajo de enviar por escrito a la prensa y
constituyen, a la luz del derecho internacional, un acto de guerra. Y
por ende anulan todo el razonamiento de los occidentales sobre todo lo que
ha venido sucediendo después del golpe de Estado, incluyendo toda la retórica
occidental sobre la reunificación entre Crimea y la Federación Rusa y
los actuales levantamientos en el este y el sur de Ucrania”, finaliza el
intelectual francés Thierry Meyssan.
Solo nos resta decir que —como lo
señaláramos muchas veces en Hipótesis— este accionar de los aliados del
imperio, es parte de la estrategia de Washington, inspirada en el politólogo
polaco-estadounidense Zbigniew Brzezinski de balcanizar a la Federación Rusa
para cercar a la República Popular
China.